WGT Día 4: Finntroll y la epifanía de "La hora azul"
Escrito por Luciano de Esbornia , domingo, 3 de junio de 2012 22:50
-¡Dale Lucho, metele que es el último día! Bueno, bueno, voy. El cuarto día Santiago se quedó vegetando un ratito mientras yo me iba a la aldea medieval en kilt a comer algo que resultó ser un pan relleno de queso y panceta y PICANTE!!! (sí, todo tiene MUCHO picante TODO el tiempo). Cuando quise acordar estabamos yendo a buscar a Tatiana a la Hauptbanhof (¡¡eeeesa, wachi-alemán!! En serio boludo, es la Estación de trenes principal). Ahí, un pibito se la agitó a un pobre punk y a los 5 segundos había 10 uniformados reduciendo a ambos. Y en serio eran 10, y pararon el tranvía y los detuvieron, me enteré de por qué todos son tan respetuosos. Si cruzás la calle por el medio o en rojo.. zápate! 10 euros, si te mandás cagadas te prohiben la entrada a ese barrio de la ciudad a menos que pagués 250 eu (1500$)...Así que acá no se jode con nada y se acabó.
-Chicos, vamos que cierran los negocios del Agra y me pierdo las rebajas.
-¡Dale, dale, mové, mové!
Un par de euros después y más sobrepeso en las valijas de Tatiana, nos dirijimos hacia el Felsenkeller mientras jugabamos nuestro juego favorito de la WGT: Perdernos como unos boludos por 1 hr en el medio del bosque. Pero como somos unos genios absolutos, encontramos unos de negro, los seguimos y llegamos al...
Felsenkeller
Un teatro antiguo donde tocaban los melenudos de Finntroll (Video de ese día). Pogueamos y otras delicias y luego nos dirijimos al evento más trascendental de la WGT y, personalmente, de mis últimos 8 años.
(Y acá me pongo meloso, romántico, poético e insoportable)
En la fotografía existe un momento óptimo para capturar la esencia de los paisajes y de lo que se llegue a ver a través del lente, es el momento antes de que salga el sol, ahí el cielo se pone de un azul oscuro y denso, se podría decir que casi marino. Este momento que no es ni día ni noche se llama "La hora azul"Sí que podía, le conté que cuando tenía 17 años veía las fotos de la escena en internet y pensaba lo imposible que era todo eso, lo lejos que estaba de esos eventos y de esa gente. Pero en el transcurso de los días había visto cara a cara a las personas de esas fotos. Y ellos no lo sabían, pero yo me salía de la vaina por darles la mano y decirles: ¡Gracias por llenarme la cabeza de sueños!Sí que podía imaginármelo todo, hacía ocho años que podía, pero nunca podía imaginarme cumpliéndolo.
"la pucha"